Reseña

Ricardo Martínez. Viñetas 1945 – 1959

Zarina Martinez
y Dabi Hernandez

Las viñetas de Ricardo Martínez de 1945 a 1959 están estrechamente ligadas con la labor editorial de amigos cercanos como Joaquín Díez-Canedo, Francisco Giner de los Ríos, Alí Chumacero, Henrique González-Casanova y Juan José Arreola, entre otros. En un ejercicio prácticamente “casero”, escritores y editores hicieron un trabajo importante de difusión de la literatura mexicana de esos años.

La Fundación Ricardo Martínez cuenta con ejemplares originales de las publicaciones con las que Ricardo Martínez colaboró en esos años. En ellas se manifiesta ya el trazo sencillo que caracterizaría su obra posterior, y se distinguen otras con motivos más elaborados e incluso varios abstractos.

Algunas de estas viñetas, como aquellas hechas para la primera edición de Pedro Páramo en 1955 o la de la Nueva Revista de Filología Hispánica de El Colegio de México en 1947, han perdurado hasta la fecha: la edición facsimilar de Pedro Páramo, publicada por el Fondo de Cultura Económica en 1996, ostenta aún los dibujos que con el tiempo se volverían emblemáticos, mientras que el maguey de la primera edición de la Nueva Revista es hasta la fecha su logo distintivo.

De las publicaciones con viñetas que obran en el archivo de la Fundación Ricardo Martínez, las más tempranas son de 1945. Treinta de ellas ilustran la edición homenaje que Joaquín Díez-Canedo hiciera de los Epigramas americanos de su padre, Don Enrique Díez-Canedo, ya con la rúbrica de Joaquín Mortiz.

Joaquín Díez-Canedo y Francisco Giner de los Ríos habían iniciado en España, siendo estudiantes, una revista llamada Floresta de Prosa y Verso, que apareció por primera vez en 1936 y de la cual desgraciadamente se publicaron pocos números. Ya en México, retomaron la idea y crearon la colección Nueva Floresta que publicó la Editorial Stylo. Para esta Colección, Ricardo Martínez ilustró Segundo despertar y otros poemas, de Enrique González Martínez, con una viñeta que representa una rama. Asimismo, por las características del trazo y la relación del artista con los editores, la viñeta realizada para El contemplado (mar, poema) de Pedro Salinas (una concha) se atribuye a Ricardo Martínez.

En 1946 el artista ilustró la portada de Sueño y poesía, Sleep and Poetry, de John Keats, para Editorial Espiga. La viñeta que corresponde a este título recuerda algunas de las obras de incipiente tema surrealista de Ricardo Martínez de principios de los años cuarenta y resulta particularmente apropiada al título que ilustra. En ella hay un paisaje que evoca un sueño y, en un primer plano, una hoja de papel que parece contener pentagramas.

La Fundación Ricardo Martínez únicamente tiene registro de una viñeta realizada en 1947: el maguey de la portada del primer número de la Nueva Revista de Filología Hispánica, mencionada anteriormente, y que hasta la fecha es su emblema distintivo. Aunque no aparece el crédito de la obra, se atribuye a Ricardo Martínez.

En 1949 El Colegio Nacional publicó Junta de sombras, de Alfonso Reyes. Esta edición es interesante en lo que hace a las ilustraciones, que se encuentran, no en la portada como podría esperarse, sino al inicio de cada capítulo y en la primera página del índice. Las viñetas corresponden claramente a los temas helénicos que Reyes aborda en su obra: 28 ilustraciones de líneas sencillas que representan paisajes, ruinas, animales, hombres y mujeres de clásico perfil, algunos coronados con laureles, manos e incluso algunas viñetas de trazos geométricos, inesperadas en la obra de Ricardo Martínez.

Otra viñeta de 1949 es la que corresponde a Libertad bajo palabra, de Octavio Paz, Colección Tezontle, del Fondo de Cultura Económica. La edición estuvo a cargo de Francisco Giner de los Ríos y Joaquín Díez-Canedo y la viñeta representa un ahuehuete. Aparentemente éste es el primer título de la colección ilustrado por Ricardo Martínez.

1950 marca un parteaguas importante en el trabajo de Ricardo Martínez como ilustrador. En ese año Juan José Arreola, con otros amigos escritores, inicia la publicación de Los Presentes, una “empresa de amigos que publicaba a los amigos” (Mata, 2002), para la cual el artista realizó viñetas de 1950 a 1954.

Los Presentes tuvo dos series, de 1950 a 1953 y de 1954 a 1964. Arreola fue responsable de la segunda serie hasta 1957. Ricardo Martínez ilustró seis obras de la primera serie y tres de la segunda, estas últimas en 1954. Se desconoce la razón por la cual dejó de colaborar en la Colección cuando estaba aún bajo la edición de Juan José Arreola.

Las ilustraciones de la primera serie son:

Cuentos, de Juan José Arreola, 1950. La viñeta representa un huerto de árboles frutales, en trazos de líneas sencillas.

El retorno, de Ernesto Mejía Sánchez, 1950. La viñeta representa unas manos sosteniendo un libro. Trazo de líneas sencillas.

Sonetos, de Carlos Pellicer, 1950. Viñeta: dos árboles sin hojas, en trazo de líneas sencillas.

Poética, de Rubén Bonifaz Nuño, 1951. Viñeta: árbol sin hojas y un arbusto.

El hermano menor, de Jaime García Terrés, 1952. Viñeta: manos que sostienen fruta. Trazo en líneas sencillas.

Cuentos, de Augusto Monterroso, 1953. La viñeta es poco característica y representa la imagen muy detallada de una mariposa posada sobre la hoja de una rama.

Para la segunda serie de Los Presentes, Ricardo Martínez ilustró los títulos citados a continuación:

Relatos mexicanos, de Ángel Bassols Batalla, 1954. La viñeta representa un puñal, aparentemente de obsidiana, con el mango en forma de caballero águila. Resulta poco característico de la obra de Ricardo Martínez, tanto por el tema como por el trazo elaborado y algo oscuro.

Los días enmascarados, de Carlos Fuentes, 1954. La viñeta parece humorística y representa un hombre con sombrero, traje y corbata sentado sobre un chac mool, ambos sonrientes. Ésta evidentemente corresponde al título del primer cuento de la colección (“Chac mool”). Trazo sencillo.

Parentalia, de Alfonso Reyes, 1954. Viñeta: un árbol de membrillo, probablemente uno de los dos que había en el domicilio de Ricardo Martínez en la calle de Etna, donde vivió a partir de 1952.

Resulta interesante observar que en todas las viñetas realizadas para la segunda serie de Los Presentes aparece el nombre Ricardo Martínez de Hoyos, en vez de Ricardo Martínez, ya que utilizó su segundo apellido al iniciarse como pintor, suprimiéndolo unos años más tarde, y no al contrario.

Otra viñeta de 1950 es aquella realizada para el Diario histórico de los viages de mar, y tierra hechos al norte de la California, escrito por Miguel Constansó en el año 1770, de Edición Chimalistac. La viñeta representa un pájaro cantando sobre una rama pequeña.

Ricardo Martínez ilustró A Enrique González Martínez en sus ochenta años (1951). La edición Homenaje es del Fondo de Cultura Económica y estuvo a cargo de Alí Chumacero y Joaquín Díez-Canedo.

El coronel que asesinó un palomo y otros cuentos, de Jorge Ferretis (Colección Tezontle, 1952) tiene en la portada una viñeta que representa una yuca. A pesar de no tener crédito, a juzgar por el trazo y por el hecho de que Tezontle estaba bajo la responsabilidad de Alí Chumacero, Francisco Giner y Joaquín Díez-Canedo, es posible atribuir la viñeta a Ricardo Martínez.

De 1952 data también El nuevo Narciso y otros poemas, de Enrique González Martínez, de la Colección Letras Mexicanas (no. 3), del Fondo de Cultura Económica. La viñeta representa un árbol.

Por último está Muerte sin fin, de José Gorostiza, publicado por Imprenta Universitaria. La viñeta representa unas manos que juegan con agua y también contiene diez viñetas que acompañan al poema.

De 1953 destacan Jornada hecha. Poesía: 1934-1952, de Francisco Giner de los Ríos, Colección Tezontle, del Fondo de Cultura Económica y Sentido de la presencia, de Ramón Xirau. La imagen de la portada de la obra de Giner de los Ríos es una yuca aparentemente reflejada en un espejo de agua. El trazo es más elaborado y el reflejo representa una imagen ligeramente deformada. La ilustración en la obra de Xirau, que representa una rosa, no tiene crédito, pero comparándola con viñetas similares se le atribuye a Ricardo Martínez.

En 1954 Tezontle publicó Fronteras de Jaime Torres Bodet. La viñeta de la portada representa un árbol caído. No tiene crédito pero se atribuye A Ricardo Martínez. La edición estuvo a cargo de Alí Chumacero.

La Fundación Ricardo Martínez ha registrado tres publicaciones de 1955: El heroísmo intelectual, de José Antonio Portuondo, Colección Tezontle, del Fondo de Cultura Económica. La viñeta representa árbol, aparentemente un ahuehuete.

La segunda, y más importante de la serie realizada para la primera edición: Pedro Páramo de Juan Rulfo, Colección Letras Mexicanas (no. 19), del Fondo de Cultura Económica. En la portada hay dos figuras en un abrazo con un gran maguey al fondo, la del inicio de la novela (p. 7) son dos arrieros y unas mulas y la del final (p. 156) dos perros ladrando.

También Ricardo Martínez ilustró Distancia sin timidez. Romancero del golf, de Práxedes Reina Hermosillo, que representa a un hombre situado un campo de golf.

De 1956 destacan varios títulos publicados por el Fondo de Cultura Económica: Los demonios y los días, de Rubén Bonifaz Nuño, Colección Tezontle, y Palabras en reposo, de Alí Chumacero, Colección Letras Mexicanas (no. 23), Las provincias del aire, de Jaime García Terrés, Colección Letras Mexicanas (no. 30) y Práctica de vuelo, de Carlos Pellicer.

La obra de Bonifaz lleva en la portada una ilustración que representa tres perros peleando. La viñeta en la portada de la obra de Alí Chumacero trata de una serpiente enroscada en unas ramas, cuya silueta parece una figura abstracta. La que corresponde al título de García Terrés, son unas manos sosteniendo a una paloma.

La viñeta en la portada de Práctica de vuelo de Pellicer representa unas mandolinas. Si bien ésta no tiene crédito, Carlos Pellicer López, sobrino del autor, confirmó la autoría del artista.

En 1958 Ricardo Martínez ilustró la colección Poemas mexicanos, de Francisco Giner de los Ríos, quien le dedica el primer poema, con 37 viñetas. El libro fue publicado por la UNAM y la viñeta de la portada representa los troncos de dos árboles en un trazo de una sola línea.

La ilustración que hiciera Ricardo Martínez para Una luz en la otra orilla, de María Lombardo de Caso, Colección Letras Mexicanas (no. 47), del Fondo de Cultura Económica, representa la silueta de un jinete con sombrero y jorongo a galope.

Las viñetas citadas en este ensayo representan una estrecha colaboración entre las editoriales, escritores y el artista. Más adelante Ricardo Martínez continuaría ilustrando libros,  no solo con viñetas, sino con el tiempo con reproducciones de obras al óleo.

Referencia bibliográfica

Mata, Óscar, “Los Presentes, del maestro editor Juan José Arreola”, UAM-Xochimilco. Recuperado en febrero de 2014, de: http://www.revistas.unam.mx/index.php/rlm/article/view/28520